Esta impactante pintura al óleo sobre lienzo retrata con maestría la imponente ciudadela de Machu Picchu, ícono sagrado del Cusco y legado milenario de la cultura inca. A través de pinceladas expresivas y una paleta de colores intensos, el artista logra transmitir la fuerza espiritual de las montañas andinas y la profundidad histórica de este patrimonio cultural. Originaria de Cusco, esta obra no solo refleja un paisaje, sino que rinde tributo al alma viva del Perú.